Hace tanto que no escribo en el blog, y no es que no quiera, tampoco es que no pueda, solo estoy dejando que se llene mas mi frasquito para abrirlo aquí mismo.
Construyamos las imágenes necesarias para esta lectura. En contexto esta el carnaval, casi una semana del alcohol y unas curiosas ganas de ser manoseado(a) por propios y extraños. Este tipo de eventos atrae de todo tipo de especímenes a las ciudades costeras o con algún paseo cerca del mar como malecones y puertos turísticos. La algarabía invade la ciudad y todo mundo hace en la noche lo que le viene en gana. Hasta los policías son concentrados casi en su totalidad para este magno evento de días secuenciados.
Cosa que para el que no guste de estos lugares resulta una maravilla, usted puede ir a cualquier parque o lugar público y beber hasta el hartazgo. Nadie le dirá nada, todas las almas están en el malecón a fin de cuentas, momento ideal para una rave. Una fiesta en donde la etiqueta dice que puedes vestir unos pijamas sin que alguien parezca molestarle.
Todo estuvo muy bien, Salí tarde, como es costumbre para este tipo de eventos, perfectamente sabemos que 11.00 pm estaremos llegando casi al punto para ver como empieza la fiesta. Buena gente, buena vibra, buena música, un altercadillo ahí de alguien mala copa pero no paso a más. Como siempre nunca falta el pendejo con el sorete en la cabeza aturdido por el alcohol, ya saben la soberbia aflora bien rápido con estos aditivos.
Todo estaba saliendo perfecto, hasta que sentí la necesidad de sacar mi cámara para tomar unas fotos. En ese momento nunca me imagine que sería un fotógrafo forense, bien al estilo C.S.I. solo que sin la luz ultravioleta para buscar semen o fluidos en la alfombra.
Tenía planeado un viaje a Hermosillo, Sonora, la sola idea de pagar los daños de un carro ajeno eclipso mis planes. Se habían chingado el carro que llevaba y a los que estaban a mí alrededor. No puedo creer que una sola antena de radio para carro cueste 600 pesos, obvio la rompieron al destrozar las manijas y no poder abrir las puertas del carro. Pinches putitos frustrados.
Al carro de un amigo, le estrellaron varias veces una piedra sin romper con éxito la ventana del copiloto para abrirle. Al que estaba a un lado de ese, si rompieron el vidrio, llevándose el botín de un discman (CD player) y unos lentes de imitación, estos cabrones seguramente los contratan para el próximo robo de Ocean.
A otro brother, organizador de la party le han abierto su carro y sacado una maleta la cual revisaron a unos pasos de nosotros. ¿Nosotros? que va, ni en cuenta, todo eso paso en menos de 100 metros a la redonda y nadie nos dimos cuenta. Nunca, nadie sospecho (¡ha! Soy el amo de la retorica, Bush me enseño a decir estas cosas cuando se estrellan un par de aviones) estoy seguro que me cruce con ellos toda la noche, si tan solo pudiera hacer uso de mi súper poder de memoria fotográfica, pero para mi suerte, mi radar anti culeros estaba bien apagado, vamos estaba muy augusto como para empezar con paranoias.
Hasta eso más que emputarme me dejo a la tarea de reflexionar. El 99% de la gente que incurre en estas fiestas (Y lo sé de primera mano) es buena vibra y de sangre liviana, pensaran dos veces incluso antes de pensar mal de ti, nadie te juzga y a los que juzgan poco eco encuentran sumiéndose en ese mar de cabecitas de poco reproche moral.
Es constante cultural, la necesidad de apartarse de la legalidad, la policía o el escrudiño moral de la gente en general para realizar estos eventos, y aun que fui unos de los afectados, no dejare de asistir a eventos de esta naturaleza.
En vez de reprochar a la gente organizadora, la cual obviamente fueron afectadas también, me detuve a pensar en que en realidad nadie se preocupo de nuestros carros, nadie les daba vueltas a ver como estaban, de hecho pensaba lo castrante que era la bandera metiendo sus carros casi en medio del dance floor, pero “qué razón tenias ***”. O sea ni yo repare en el hecho de que podían dañar nuestros vehículos. ¿Por qué alguien lo haría por mí?
Antes seguir con esta verborrea, la definición más concisa y acertada que encontré de conciencia es la siguiente: Facultad del ser humano para elaborar juicios personales de carácter moral y ético sobre lo que está bien y lo que está mal, con relación a sí mismo y a los demás.
Pues eso míos amigos, es lo que se ocupa en este tipo de eventos, mas conciencia y empatía, recuerdo la fiesta del 14 de febrero, a una amiga igual, le abrieron su carro y le han robado su cartera, recuerdo haber visto su angustia en el rostro y me dije a mí mismo “mal pedo” y no me involucre. No digo que lo correcto hubiera sido sacar la máscara del Santo y volar sobre las cuerdas dejando caer mi inmensidad sobre algún malhechor con cara de hombre lobo.
Pero valla, no pregunte mas, ni lo seguí meditando, en pocas palabras si lo sentí, es mi conocida, me incomodo la noticia, pero tan poco importo que seguí con lo mío, me valió madres pues, la neta se me paso el susto a los 5 minutos. Lo siento si ella lee estas líneas pero así pasó.
Y eso mi hermano(a), es todo lo contrario a ser empático o un poco consiente de nuestra situación como “ravers” (Si, ya nos etiquete y me vale madres) hay que entender que nos alejamos y estamos tomando parte y de alguna forma se está en una tribu urbana por mucho menos comprendida que la de adolecentes tristes, por el vergal de matices, usos y costumbres de sus asistentes o usuarios.
Hay que cuidarnos entre nosotros, siempre somos los mismos, las mismas caras, tal vez pase meses sin ver a la gran mayoría hasta que hay una buena fiesta, pero siempre somos los mismos, me es imposible imaginar que en realidad no nos identificamos entre nosotros con mayor facilidad que antes, si este es un pueblo bicicletero y ahora con herramientas como facebook, en serio me resulta imposible que no podamos cuidar nuestro carro y de paso checar el del vecino.
¿O que debemos esperar? ¿Qué le madreen el carro a algún pequeño integrante de nuestra comunidad y su jefe se empute? ¿Qué pase algún hecho de violencia extrema y se madreen a alguien?
Solo se ocupa un papa grillero para que todo esto termine y que la música electrónica sirva para recolectar votos en próximas elecciones. Ya ustedes saben cómo se manejan las cosas, a prohibir en vez de solucionar los problemas.
En estados como Sonora, estos eventos están proscritos desde hace años. Antes Hermosillo, no le pedía nada a las grandes urbes mexicanas, traía a skazi, infected mushrooms, goa gil entre otros puteros de israelitas psychos. Han dejado de intentar tocar en esas localidades por que están vetados aun antes de pisar suelo sonorense.
Así que o nos ponemos al tiro o nos seguirán cogiendo de su puerquito, ya van varias fiestas en las que nos chingan, y les digo solo es cuestión de tiempo para que pase algo feo. Como dicen por ahí, si ese es su modus operandi es cuestión de cazarlos y romperles su madre, pero awebo eso también traerá repercusiones negativas a los eventos. Ahi les dejo la reflexion a su criterio.
Saludos y tiren la party mas sana que se pueda.
Eme aquí 